Resulta comprensible que la idea que uno tiene de las vistas y la geografía de San Francisco se perfilase, casi en su totalidad, viendo la persecución de autos que aparece en Bullitt, la icónica película de detectives de McQueen de los años 60. Sin embargo, si cuando visite la ciudad intenta seguir la ruta exacta, descubrirá rápidamente que el director Peter Yates padecía una discontinuidad crónica.

Con la evidente intención de que los hechos no interfirieran en la narración de una buena historia visual, Yates teletransporta a McQueen hasta el norte y luego hasta el sur de la ciudad durante una persecución de tan solo 7 minutos. Probablemente, usted nunca lo advertiría ni le importaría a menos que alguien se lo señalase. Pero nosotros estamos aquí en una misión cuasiforense decididos a encontrar la mejor ruta por esta ciudad, de modo que ese es el tipo de cosas que queremos saber.

Vencer a la multitud

Nuestra ruta comienza, como muchas otras, en la plaza Union Square, cuyo nombre obedece a que sirvió de punto de confluencia al ejército de la Unión durante la Guerra Civil Americana. En la actualidad, es un lugar de encuentro de compradores y turistas que acuden aquí en busca de sus excelentes hoteles, teatros y comercios, por lo que conducir por ella suele ser una pesadilla. Pero no a la hora a la que nosotros llegamos allí.

En las últimas horas de la noche, la plaza se encuentra tranquila mientras tomamos rumbo al norte hacia Chinatown, una de las más grandes y antiguas comunidades chinas fuera de Asia. Ignorando el olor penetrante a comida exótica procedente de los restaurantes que cubren las calles, continuamos nuestro camino hacia el norte para obtener una buena vista de la Pirámide Transamérica, uno de los puntos más emblemáticos de San Francisco y el edificio más alto de California del Norte.

Giramos al oeste para entrar en Lombard Street, y nos dirigimos al puente Golden Gate. Desde un punto de vista técnico, probablemente deberíamos estar recorriendo esta parte de la ruta al revés, ya que la interesante Lombard (calle de sentido único en zigzag conocida como "la calle más sinuosa de San Francisco") se encuentra más atrás en dirección contraria.

Aunque bajo determinadas perspectivas pueda parecer una ilusión, el puente Golden Gate que aparece ante nosotros y nos acecha desde lo alto es muy real. Era el puente suspendido más largo del mundo cuando se completó en 1937, aunque en la actualidad ese récord ya ha sido superado por otras 10 estructuras.

Damos la vuelta en el lado norte y tomamos otro paso por encima del puente para dirigirnos hacia el lado oeste de San Francisco, a la Great Highway. Tan solitaria como bullicioso es el lado este, este tramo recto de carretera desierta corre paralelo al Océano Pacífico y es el lugar ideal para relajarse o hacer surf. También es una ruta rápida hacia la última —y, en muchos sentidos, más impresionante— parada de este circuito secreto: Twin Peaks.

Contemplando la vista

Tomamos una curva a la izquierda en Sloat, otra en Portola y otra en Twin Peaks Boulevard, y el estado de la calzada empeora a medida que subimos la colina. Sin embargo, nuestras quejas se olvidan cuando llegamos a la cima, ya que la vista es absolutamente impresionante. Aquí, a 281 metros del centro geográfico de San Francisco, en esta excepcional noche estrellada, la ciudad en su totalidad se se despliega bajo nosotros cubierta por un manto de luz.

No hay tiempo para detenerse, no obstante. La vista seguirá aquí mañana, pero tendré que volver a mi casa en Los Ángeles. Así que nos disponemos a bajar la colina para hacer un último recorrido por la ciudad durmiente en honor de Frank Bullitt.

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